Como un testimonio de tiempos pasados, una compota agria que fuera a dar en medio de los intestinos para irritarlos y adelgazarlos, nos llegan testimonios sorprendentes acerca de actividades infrahumanas en el inframundo.
Hace tiempo ya, una expedición científica rusa, dedicada exclusivamente a perforar el manto terrestre para arribar a las profundidades de nuestro planeta abandonó totalmente sus actividades cuando, arribados los taladros a los 12.600 metros a un paisano urguete, de esos que nunca faltan en este tipo de comitivas, se le ocurrió bajar unos micrófonos y averiguar "que se oía".
La expedición Rusa, totalmente julepeada por la grabación, dejó sus equipos y abandonó a la carrera las instalaciones al verificar que en la grabación, efectivamente se escuchaban lloridos, griteras, voces de mando tipo marcial y toda serie de chirridos inexplicables y desconcertantes.
Al punto, satanistas y católicos se hicieron eco del desconcertante descubrimiento, y hubo quien tuvo ya la certeza de la existencia del infierno, infierno como lugar, sitio y destino, lejos ya de la especulación teológica y el pajueranismo de los crédulos.
Si hubo cartógrafos del infierno, si hubo condenados que volvieron de allí con testimonios, si cada tanto se producen desesperados exorcismos, ¿como( decían estos iluminados) no va a haber infierno?
La realidad es otra.
Los aterradores gritos que se oían era solo de nuestro amado planeta, que reaccionaba de la misma manera en que reaccionan los gauchos piolas cuando intentan examinarles la prostata.
Aunque hay quien dice que abajo hay toda una gama de criaturas que nosotros no podemos ni siquiera imaginar, esas criaturas, que son reminiscencia de sombras de espejismos de leyendas. Orcos, Trolls, enanos, elfos, rashakas, telesitas.
Lo que se les ocurra.
Ahora, una delirante comitiva estadounidense intentara retomar la expedición de los rusos.
Bajaran directamente desde Centralia, un pueblo minero que arde desde el 62, cuando un abombado quemó basura que cayó directamente a la mina de carbón que hay debajo.
Otros son sus fines.
Deprimida la economía mundial, esta caterva de necios intentara contactar con las criaturas de las profundidades para hacerles llegar los beneficios del capitalismo: el teléfono, la television por cable, los cajeros automáticos y las hipotecas subprime(muy oportunos).
Van con ellos dos predicadores electrónicos y un pizzero, el mismo gringo que echaron de La capital de corea del norte, por no haber sabido trasmitir los secretos de una masa crujiente.
Así somos. Incapaces de dejar quieta la armonía planetaria, prestos a molestar para satisfacer nuestra humana curiosidad.
Ya quisiera yo que el infierno se tragara a todos esos camanduleros infames, toquetes y metomentodos que se dicen señores de la creación y solo son unos crotos sin escrupulos...
Hace tiempo ya, una expedición científica rusa, dedicada exclusivamente a perforar el manto terrestre para arribar a las profundidades de nuestro planeta abandonó totalmente sus actividades cuando, arribados los taladros a los 12.600 metros a un paisano urguete, de esos que nunca faltan en este tipo de comitivas, se le ocurrió bajar unos micrófonos y averiguar "que se oía".
La expedición Rusa, totalmente julepeada por la grabación, dejó sus equipos y abandonó a la carrera las instalaciones al verificar que en la grabación, efectivamente se escuchaban lloridos, griteras, voces de mando tipo marcial y toda serie de chirridos inexplicables y desconcertantes.
Al punto, satanistas y católicos se hicieron eco del desconcertante descubrimiento, y hubo quien tuvo ya la certeza de la existencia del infierno, infierno como lugar, sitio y destino, lejos ya de la especulación teológica y el pajueranismo de los crédulos.
Si hubo cartógrafos del infierno, si hubo condenados que volvieron de allí con testimonios, si cada tanto se producen desesperados exorcismos, ¿como( decían estos iluminados) no va a haber infierno?
La realidad es otra.
Los aterradores gritos que se oían era solo de nuestro amado planeta, que reaccionaba de la misma manera en que reaccionan los gauchos piolas cuando intentan examinarles la prostata.
Aunque hay quien dice que abajo hay toda una gama de criaturas que nosotros no podemos ni siquiera imaginar, esas criaturas, que son reminiscencia de sombras de espejismos de leyendas. Orcos, Trolls, enanos, elfos, rashakas, telesitas.
Lo que se les ocurra.
Ahora, una delirante comitiva estadounidense intentara retomar la expedición de los rusos.
Bajaran directamente desde Centralia, un pueblo minero que arde desde el 62, cuando un abombado quemó basura que cayó directamente a la mina de carbón que hay debajo.
Otros son sus fines.
Deprimida la economía mundial, esta caterva de necios intentara contactar con las criaturas de las profundidades para hacerles llegar los beneficios del capitalismo: el teléfono, la television por cable, los cajeros automáticos y las hipotecas subprime(muy oportunos).
Van con ellos dos predicadores electrónicos y un pizzero, el mismo gringo que echaron de La capital de corea del norte, por no haber sabido trasmitir los secretos de una masa crujiente.
Así somos. Incapaces de dejar quieta la armonía planetaria, prestos a molestar para satisfacer nuestra humana curiosidad.
Ya quisiera yo que el infierno se tragara a todos esos camanduleros infames, toquetes y metomentodos que se dicen señores de la creación y solo son unos crotos sin escrupulos...
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