AMANCIO POLINYA, EL REGRESO DE UN FRACASO ANDANTE.

Recomendamos efusivamente a nuestros colegas de "LA BATA DE LUSIARDO" que contrataran a quien fuera nuestro poeta de plantilla hasta que por un traspie dió con sus huesos en la carcel.
Amancio Polinya, poeta de plantilla, bucólico exponente de lo que hace la civilización a las mentes simples, andaba rodando por el camino buscando, ganandose la vida con changas poco decorosas, divirtiendo a niños ricos que tienen tristeza con su pobre figura quijotesca. Los amigos Lusiardianos lo enviaron como enviado exclusivo a cubrir una milonga aniversario en Barcelona, los once años de la Casa Valencia.
Y no pudo ser, como siempre.
Polinya empezó la noche con espectativas y esperanzas, vestido como un dandi y peinado a la gomina y acabó la noche esperpenticamente en el umbral de una panaderia, comido por el wiski y las ratas.
Su voluntad volvió a quebrarse, al constatar in situ que el supuesto baile de carnaval propuesto por los organizadores de la milonga, fue secundado por cinco o seis disfrazados.
Polinya, que lleva el corso en su interior, sucumbio a su mala estrella, a sus fantasmas.
Enfrentado al abismo que le devuelve la mirada, se despeño de nuevo, intentando escapar al fuego devorador de la bebida.
Ojala que el destino, su destino marcado por la fatal fortuna, lo devuelva al sitio del que nunca debió salir...