En realidad la exposicion de Picason se limita a paseos en una antigua bicicleta Musetta por los nucleos urbanos de las ciudades en que se anuncia la obra. Salvat va haciendo sonar una corneta y a los gritos expone sus teorias a los atribulados vecinos que no saben si se encuentran en presencia de un loco o un demente.
"Iba a comprarlo pero un amigo me dijo que la esclavitud se abolió, hace algunos años. Lo queria alquilar pero para eso necesitaba alguien que fuera el dueño y como el dueño de Salvat es el delirio y no teniendo un lugar físico ni direccion localizable se nos hacia imposible. Al final creo que lo contratamos por unos pesos y vales para bocadillos gratis por un mes"
Delante de la bicicleta, Picason munido de una camara y un microfonista que ademas porta una botella de anisado para soportar los rigores invernales van registrando la puesta en escena, con la intencion de reproducirla en el futuro en Iglesias de pueblo y Parroquias chicas de ciudades ignotas. Segun Picason esto será una nueva obra que se llamara "Oiga diga...hay alguien allá arriba?, donde intenta mostrar la eterna dicotomia racionalismo-religión. "En un primer momento decidimos llevar esta obra al Vaticano pero recibimos la visita de un grupo de matones que nos disuadieron de nuestras intenciones dandonos de hostias".
Comentarios
toni P