Nuestros dos poetas de plantilla que habían decidido motu proprio abstraerse del mundo occidental en un monasterio Tibetano, para huir de sus adicciones y fantasmas están de vuelta. El gato sibarita angustiado y lleno hasta los bigotes del brebaje que los románticos del siglo XVIII bebían como aperitivo mientras desgranaban sus poemas, la absenta, había errado el rumbo llegando hasta encontrar sentido a libros insulsos como El secreto o El código Da Vinci . Amancio Polinyá aquejado del ansia devoradora de aquel que ha permanecido casto y puro, lejos de las malas influencias de la civilización, se vio abocado a un mundo nuevo lleno de sensaciones enervantes, la bebida, el mus ,las quinielas. Y en horas perdidas incluso veía la teletienda. Tras largas noches sin dormir se dio al crimen robándole a una vieja y yendo a parar a la cárcel, experiencia de la que salió transfigurado. Ambos coincidieron en la muestra que el Pintor Mirito Picason realizó en Sigtes. El artista, compadecid
COMENTARIOS HUMORÍSTICOS SOBRE LITERATURA, CINE, COMICS Y MILONGAS