" Ya nadie lee Lalo ". Me decía profundamente consternado Aluvión Carnagui , un viejo poeta vagabundo que seguía la estela de Walt Withtman (intentó publicar incluso en los papeles de hamburguesa que la gente desechaba en las papeleras bajo el seudónimo de Wilt Wakman , pero se le borraban los trazos con la grasa) "Ya nadie lee", constataba, luego de pasear la mirada por los atestados andenes de metro en donde los que leían tenían en sus manos copias clónicas de un solo libro, repetido hasta el infinito en una variación cruel de seudo historia narrada desde un punto de vista moderno, falseada y convertida en una novelucha de suspenso toda tensión y ninguna apreciación. Pobre Aluvión. Se lo tragaron los modernos detectives del pasado, seres que solo pudieron existir en la retorcida mente de los numenes de hoy, fantoches sin cáscara. Amigo mio. Voy a decirte una verdad acerca de la historia: los detectives de la antiguedad no existieron. Eran camelo
COMENTARIOS HUMORÍSTICOS SOBRE LITERATURA, CINE, COMICS Y MILONGAS