Faltan escasos dias para el tan anunciado apocalipsis Maya. Aunque hay quien afdirma que el principio del fin se gestara mañana a las doce de la mañana, hora absolutamente inconveniente ya que parte la jornada laboral cuando deberia comenzar mas o menos a las ocho, hora en que los holgazanes e inutiles suelen llamar a asus trabajos anunciando con excusas variadas que hoy no iran. Antes que nada conviene estar atento a los pequeños signos que nos avisan del descalabro: colores verde violaceos en el cielo, nubarrones que caen a plomo en lontananza, relampagos que a simple vista semejan ballenas encabritadas, corridas y posteriores huidas de mascotas y o animales, bancos y tiendas de chinos cerradas. Si se descubre ademas en el firmamento figuras gigantescas que rien a mandibula oscilobatiente agarrandose el bajo vientre mientras nos miran con indisimulado gozo y se escucha una música que parece venir de ninguna parte es hora de que comencemos a hacer nuestros preparativos. Lo primero
Protegemos poetas, abrigamos payasos, denostamos a mercachifles, mercaderes de arte y aprovechados