"En las lindes de los suburbios, veo venir, las horas silenciosas, el eco de los personajes que se me han ido como papas fritas en las primeras horas del ocaso del Vermout y Curly y Larry,(pero no Manetti) .Yo quiero un Magnuncidio.
Así se expresaba el publicista Aurelio Carcagarca desde la sellada habitación en el que las autoridades policiales lo depositaron, luego que quemara un televisor al ver las publicidades del Carrefour de España.
Carcagarca había sido un prolífico hombre de los anuncios hasta que tuvo un traspié con el aviso de Café La Chancha spot del que hablaba todo el mundo pero nadie compró, un fenómeno similar al del Wiski añejo Doble V, que fracasó porque alguien había introducido subliminalmente imágenes de un culo.
Estas tácticas utilizadas por la C.I.A. descriptas por Dorfman y desechadas por inútiles tampoco tuvieron que ver con la poca venta del producto. El Café La Chancha olía y sabia a culo.
Esa es la realidad.
Carcagarca, despedido de su empleo tenia mucho tiempo para sintonizar canales de todo el mundo. Así fue como topó con el aviso de Carrefour, en positivo.
Para los que no lo han visto, intentaré explicar uno de los spots de la campaña.
La imagen se abre con un palurdo melenudo de cara extraviada y facciones afectadas por tics. entrando en un supermercado. Lleva camisa a cuadros, ropa vaquera, una gorra marrón y unos bigotes de trampero canadiense. Parece hablar solo o con sus fantasmas.
La voz en Off dice: Este es Hernán.
Parece ser que el encargado del casting buscó un tipo igualito, igualito al primer replicante NEXUS que se cargan en Blade Runner.
Lo que no representaría un problema si solamente fuera ese el fallo.
La primera regla de la publicidad es la siguiente: quien ve un anuncio debe verse identificado con el personaje.
A no ser que uno sea un asesino sicópata que oye voces, es imposible verse identificado con el loquito de Hernán. Tiene toda la pinta de esos que entran en los supermercados con una recortada para cargarse gente. Además tiene un anillo con la cara de un tigre.
Fijo que es un cazador furtivo.
Ahora viene el siguiente desvarío. La voz en off dice: Hernán se niega a comer especies en extinción. No ha probado el panda, ni el koala, ni el tigre de bengala.
No solo se cae de maduro, sino que hay que estar drogado para sugerir que la mayoría de la gente se hace bifes de oso panda. En los tiempos que corren creo que hay gente que no ha probado en su vida un bife de vacuno.
Me imagino a Doña Aurelia preguntándole al de la parada en el mercado: ¿A cuanto sale el kilo de tigre de Bengala?.
La publicidad y la voz en off siguen desvariando, dando a entender que no se vende atún rojo en el supermercado. Hernán esgrime un dedo largo hacia el pescadero, reclamando vaya a saber qué. Con la cara que tiene no creo que coma pescado. Para él es mejor un buen estofado de vaca o pollo de corral.
Hasta aquí la idea del Spot. Toda la campaña esta basada en gente «Ecológica y concienciada con el medio ambiente» que más que gente parecen fenómenos directamente sacados del circo. En los otros spots hay: una albina, de familia albina que cultiva solo productos blancos, un tipo que parece sepulturero pero que se vuelve loco por los yogurts, una cumpleañera neurótica que hace un pastel de cumple años para celiacos(de tamaño imposible) y un hombre que va a hacer la compra con un carrito floreado.
Como si todas estas personas atípicas tuvieran que ser así de anormales solo porque están preocupados por la naturaleza, por sus semejantes, por sus parejas y por el pésimo uso que como consumidores estamos haciendo con los bienes que nos da la madre tierra.
Carcagarca no pudo soportar la pésima campaña y dio alas a sus frustraciones rociando con querosén la tele.
Ahora mira el mundo desde un loquero, el mismo del que parecen haber salido esas criaturas distorsionadas que muchos publicistas identifican como ecologistas y antiglobalización.
Y si ahora la publicidad está en manos de irresponsables cuyos referentes no son literarios, ni cinematográficos, ni de la historieta, sino lisa y llanamente televisivos, no quiero ni pensar lo que será dentro de unos años con profesionales cuyo bagaje cultural sean los programas de telebasura y las revistas del corazón.
Mamita querida.
Comentarios
Esa gente ha perdido el norte
Eso lo decia Borges. No creo que el boludo del anuncio por comer yogur le llegue a las suelas de los zapatos al maestro